La lectura, su hábito u oportunidad 1

La lectura, su hábito u oportunidad, suele ir acompañado cuando no se lee y pretendemos justificarnos, de la más manida (y grosera) de las excusas: la falta de tiempo. Sabemos que el lector es un individuo ocioso y carente de obligaciones que estira el tiempo como un chicle, mientras que el no lector vive abrumado por sus responsabilidades y como el conejo de “Alicia en el País de las Maravillas” se consume mirando su reloj y llegando tarde. España es junto con Grecia el país donde menos libros se leen por persona y año, aunque tenemos excusa: no tenemos tiempo. Sabemos que en Suecia o Francia el día es más largo. Sin embargo podemos regalar tiempo para ver la televisión. El año pasado en España, la media por persona fue de unas tres horas diarias.

Dice sabiamente el Eclesiastés que todo asunto tiene su tiempo y oportunidad. ¿Qué les parece el verano y las vacaciones el momento para disfrutar de un buen libro? Los beneficios de la lectura son múltiples, pero se pueden condensar en las palabras de Horacio: “Los poetas o deleitar o aprovechar desean”. Claro que los lectores de la época horaciana no eran seducidos por la fina y exquisita competencia que Telecinco o Canal Sur hacen a los libros.

Si se deciden a malgastar un poco de su tiempo (¿qué tal una hora al día?), podrán comprobar la milenaria verdad de Horacio. Una vez encontrado el momento y decididos a leer, tenemos que buscar el libro, y su lectura, si no “aprovecha”, por lo menos debe “deleitar”. El que les escribe leyó hace poco el último libro de Dan Brown, “Inferno”, y debo confesar que me lo pasé muy bien. Personajes ridículos, situaciones absurdas, un final grotesco y una explicación disparatada de una de las obras cumbres del arte. La literatura actual, de mayor venta o best seller, ofrece una variedad de temáticas asombrosa: templarios, illuminati, ovnis, cátaros, la Atlántida, la Sangre de Cristo, la construcción de un castillo, masones, y sobre todo la malvada y siniestra Iglesia Católica, que torna levantiscos a los anteriormente citados y que esconde en un subsótano de la bóveda ultrasecreta del Vaticano, un poderosísimo pergamino escrito con la sangre de un nonagenario zurdo, que revela las verdades del barquero. Con sólo diecisiete horas para resolverlo y con la ayuda de una benevolente sociedad secreta que guarda sus pistas de manera un tanto impertinente. Últimamente el rol sexual masculino también es objeto de curiosas incursiones literarias. Latigazo va, latigazo viene, nos convencen que lo cool son las esposas, el látex y las cadenas y que si no exhibimos nuestra ingente fortuna o nuestra personalidad magnética, dejando bien claro que poseemos un oscuro secreto que nos atormenta, el sexo es algo aburrido, monótono.

Decía Cervantes que no hay libro malo que no tenga algo bueno. Aunque últimamente esta aseveración se tambalea, leer lo que sea es mejor que no leer nada.

Luis Capucho: un renegado ahora en español

Viaje a Río de Janeiro, Brasil, y Ud. muy difícilmente oirá hablar del escritor, compositor y cantautor Luís Capucho. Luís, o Capucho, como es más conocido, es una figura cult de la cual Ud. solo podrá saber algo en ambientes determinados. O mejor, en el submundo carioca. Capucho es un escritor maldito. Tan maldito Capucho es que, pese a aparecer de vez en cuando en la prensa brasileña de varias capitales, no es jamás aceptado como tema de reportajes en la prensa de mayor alcance, sean revistas o mismo radio o televisión. ?Por qué?, podrá preguntarse Ud. Porque Capucho habla de lo que casi nadie habla. Habla de excesos. Sexuales. De comportamiento.

No es fácil leer Capucho.

Su prosa es desabrida, cruda, salvaje. Predicados que desde sus primordios Capucho supo transformar en marca suya, casi exclusivamente suya.

Formado en Literatura por la UFF (Universidade Federal Fluminense), Capucho empezó en la literatura con Cinema Orly, un librito de exactas 142 páginas que narra su descenso (real) al real Cinema Orly, un cine carioca donde ocurre toda la acción de los excesos de gays, travestis y homosexuales de todo tipo en busca de placer inmediato. Capucho frecuentó en Orly por años, y como una de sus consecuencias adquirió HIV (Aids) y casi se murió (entró en coma por complicaciones derivadas de una toxoplasmosis). Con salud debilitada, Capucho vive con su jubilación como profesor de la red pública, lanza sus nuevos libros y CDs y hace shows en diversas capitales brasileñas.

Casi nunca merece mucha atención por el público o por la prensa. (Yo mismo lo conocí en un show donde casi todo el público se fue alejando sin parar). Pero Capucho es un talento puro. Tanto que ahora, sin gastar un céntimo, ha sido traducido al español por el filólogo y aficionado de la música y literatura brasileñas José María Martínez.

Martínez, filólogo con especialidad en literatura española, antes de traducir Capucho había trabajado 15 años como crítico musical en radio y prensa, especializándose en música brasileña.

Tras trabajar otros 10 años con producción teatral y musical, además que como mánager y asesor artístico de la cantante brasileña Rosa Passos, Martínez ya conocía Capucho como compositor (que había sido grabado por Ney Matogrosso y Cássia Eller). Capucho, cabe decir, tenía estrechos vínculos con un grupo de artistas de Niterói (Suely Mesquita, Kali C., Ryta de Cássia, Mathilda Kóvak, etc.) que, según Martínez, "tenían a Luís como un genio". Fue gracias a esos contactos que Martínez le pidió su CD Lua Singela y el libro Cinema Orly. "La idea de traducir el libro fue mía, nada más que al leer el primer capítulo", recuerda Martínez, que no tenía experiencia como traductor y que no cobró a Capucho ni un céntimo.

La traducción de Cinema Orly

Se dió en un mes de completa locura, con Capucho en chat para solucionar eventuales dudas. Sin interés de ninguna editora tradicional por la publicación en impreso, Martínez y Capucho se decidieron publicar el libro em edición de autor en Blurb.com; los benefícios generados por la venta online, se ha decidido, son todos para Capucho. Para Martínez, la gratitud le está rendiendo el privilegio de ser "parceiro" compositor-letrista con Luís de la música Poema Maldito. Todavía no se ha vendido ningún ejemplar del libro de Blurb.com.

"Hemos sido visitados más de 600 veces, pero nadie compra el libro", cuenta. "No sé que sucedo. Debe ser por la misma razón de las editoriales no se decidían a publicarlo".

Ud., que no ha leído nada de Capucho, quién sabe se esté preguntando en qué consiste la calidad de su prosa. Martínez explica. "Capucho (pese a ser un escritor que en Cinema Orly describe el universo gay) no es un escritor gay, sino un artista multidisciplinar en su obra y vida, siendo una literatura universal, no de un grupito de entendidos", dice. "Tal vez él dice cosas que hacen sentirse incómodo al lector. No sé, a mí Luís no me incomoda, sino me estimula, amplia mi pensamiento y mis sentimientos".

Martínez, que le gustaría traducir más obras de Capucho (que ha publicado desde entonces los libros Rato (Ratón) y Mamãe me adora (Mamá me quiere)) y por ahora ha traducido un texto literario de Kali Ce, parceira de Luís, también ayudándola a publicar su obra. El traductor español, que vive con tranquilidad como conserje en un colegio infantil e que forma familia con su mujer, no ha visitado Brasil ni piensa en hacerlo. Pero constata: con Capucho ha mantenido practicamente la única amistad en sus años de crítico y productor musical. "Es el mejor de todos", dice.