El parlamento Turco aprobó la intervención militar contra el Estado Islámico (ISIS) en Siria e Irak y aprobando también el uso de Turquía como pasillo militar para permitir a las tropas internacionales de la coalición usar la península de Anatolia como plataforma para la lucha contra el Yihadismo.
Al mismo tiempo que se debatía la intervención en el parlamento el presidente Turco, Recep Tayip Erdogan, instaba a las fuerzas extranjeras que luchan contra el ISIS de la necesidad de derrocar a Bashar Al Asad.
El ministro de asuntos exteriores de Irak atacó duramente a Ankara y al presidente Turco acusándolo de colaborar con los terroristas y usarlos para promover su política injerencista y expansionista en la región.